
Áncash tiene 46 zonas de riesgo por exposición a metales pesados por su cercanía a áreas donde se realizan actividades mineras formales e informales, de acuerdo a un informe de la Dirección Regional de Salud, de diciembre de 2023. Estas se distribuyen en 37 distritos de casi todas las provincias de la región.

Las pruebas de monitoreo a un grupo de personas que habitan en estas zonas han detectado que 469 entre niños y adultos de 21 distritos tienen metales pesados por encima de los límites recomendados. Así lo menciona un informe de la Dirección Regional de Salud, de noviembre del 2024 al que Ojo Público tuvo acceso. El documento recoge resultados de análisis realizados entre 2019 y 2024; y destaca como los elementos más nocivos la presencia de arsénico, mercurio, plomo y cadmio. Entre los afectados están los ocho nietos de César Ojeda Quiroz.
Tras la detección de afectados por metales pesados, el OEFA hizo cuatro supervisiones al puerto de Antamina».
La empresa, añadieron, hace un monitoreo constante a la calidad del agua y del aire en el puerto Punta Lobitos. Los resultados de esos análisis incluyendo los de arsénico no han mostrado “ninguna excedencia en los años de operación” de Antamina, según indicaron.
En el último año, tras la detección de afectados por metales pesados, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) realizó supervisiones a ese puerto de Antamina, explicaron fuentes del sector a este medio.
Al indagar por ese tema, Antamina confirmó que fueron cuatro inspecciones. Las mismas fueron para verificar la calidad de agua, suelo, aire, sedimentos y organismos marinos. Dijeron, también, que Antamina había elaborado contramuestras y que los resultados de estas mostraban valores “por debajo de los estándares” aplicables para el arsénico. No dieron detalles sobre los resultados de los análisis del OEFA. Aunque Ojo Público envió un cuestionario al organismo, tampoco respondió.
Para Elías Varas Meléndez, congresista de Áncash que ha monitoreado el caso, la demora en identificar la fuente de contaminación no es casual. “Los encargados de fiscalizar y verificar si existe algún daño al ambiente y a la población son los entes del Ejecutivo (…) ¿Hay algún tipo de interés para que no se sepa? Probablemente, porque la presunción de los pobladores de Huarmey es que esta contaminación ha sido generada por Antamina”, dijo el también médico.
El legislador aseguró que, aunque ha notificado al Ejecutivo sobre la contaminación por la actividad minera en el ámbito nacional, no ha tenido respuesta. “No hay convocatoria de mesas de trabajo con los afectados por parte del Ejecutivo, no hay mitigación de riesgos de pasivos [instalaciones, efluentes y residuos producidos por operaciones mineras]”, cuestionó.
En Perú, las principales fuentes de contaminación por metales pesados detectadas por la Defensoría del Pueblo son los pasivos ambientales y las unidades mineras en funcionamiento, según un informe de diciembre de 2021.
Beatriz Cortez Sánchez, coordinadora de la Mesa Técnica de Salud Ambiental y Humana —instancia integrada por varias instituciones de defensa de derechos humanos— está preocupada por los retrasos en la detección de la fuente de contaminación. “Sentimos que hay presión para que no salga [cuál es] el origen”, contó.
Un aspecto que dificulta el trabajo, según Cortez Sánchez, es que la tarea no recae en una sola institución. “Está a cargo de distintas instancias en distintos ministerios. Y, sumado a eso, hay falta de coordinación y liderazgo”, dijo.
Las autoridades de Áncash abordarán el tema en una reunión programada para el 17 de febrero. Ahí se espera que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) presente los resultados de estudios sobre la contaminación en el agua y que el OEFA haga lo mismo en temas vinculados a la actividad minera. Para esa fecha está previsto, también, que las autoridades sanitarias presenten los resultados de los últimos 162 dosajes realizados en Huarmey
*El principal río de Áncash está contaminado
A tres horas y media de Huarmey, transitando por la Panamericana Norte, un caudaloso río surca la carretera. El río Santa, el principal de Áncash, irriga con sus aguas a decenas de miles de hectáreas de cultivos de los valles de la costa de la provincia del Santa. Además, sirve para el riego de la producción agrícola del Proyecto Especial Chavimochic, en la provincia de Virú, región La Libertad.
Estas aguas, que provienen de la sierra ancashina, también se emplean para producir el agua potable que abastece a la población de Trujillo, en La Libertad, y a la de Nuevo Chimbote, en Áncash. Quienes no tienen acceso a esa red más de 64 caseríos de la zona rural de Chimbote usan el agua del río para preparar sus alimentos, beber y asearse sin ningún tratamiento previo.
El 6 de agosto del año pasado, aguas de color amarillo y anaranjado empezaron a ingresar al río Santa a través de un afluente que discurre desde las zonas de actividad minera del distrito de Pampas, en la provincia de Pallasca. La escena alarmó a la población.
Esa misma noche, las bocatomas que alimentan a las costas de Áncash y La Libertad se cerraron.
En Perú, las principales fuentes de contaminación por metales pesados detectadas por la Defensoría del Pueblo son los pasivos ambientales y las unidades mineras en funcionamiento, según un informe de diciembre de 2021.