
WINNY CARBALLIDO TITO (HIJA)

Hoy es un día especial para nuestra tradición, y doblemente festivo: no solo nos congregamos para rendir homenaje a un hombre cuya vida fue poesía, sino también para celebrar su cumpleaños, como él mismo nos recordaría con una sonrisa discreta.
Nos reunimos aquí para honrar a Víctor Hernán Carballido Chávez, un hombre que vivió con el corazón en las palabras y el alma en los versos. Mi padre no solo escribió poemas; él supo tejer emociones, recuerdos y sueños en cada línea. Con cada libro, nos ofreció su manera única de mirar el mundo: a veces melancólica, otras veces esperanzada, pero siempre hondamente humana.
Su poesía fue su forma de comprender la vida y, al mismo tiempo, de regalarnos la suya. Para mí —más allá del escritor admirado por muchos— fue un padre que me enseñó que las palabras tienen el poder de sanar, de tender puentes, de preservar la memoria y de expresar amor. Me enseñó también a escuchar el silencio entre los versos, ese espacio donde suelen esconderse las verdades más profundas.
Este homenaje no es solo un reconocimiento a su obra, sino también al legado que dejó: a la manera en que tocó tantas vidas con su sensibilidad, con su voz escrita, con su presencia serena y luminosa. Su inspiración —reflejada en poemas, cuentos y canciones— fue el fruto de una existencia marcada por la ternura y también por la lucha. En su niñez y juventud, las pruebas de la vida no fueron pocas, pero él siempre supo encontrar refugio en las letras. Sus libros fueron sus confesores, sus confidentes, sus espacios de consuelo.
A pesar de las adversidades, mi papá jamás perdió la esperanza ni la fe en Dios. Y ese espíritu, lleno de luz, lo transmitió a sus hijas, a su familia y a todos quienes se han acercado a su obra con el corazón abierto.
Gracias, papá, por regalarnos tus libros, por mostrarnos que la belleza también puede ser un acto de resistencia y de amor. Dondequiera que estés, sé que sigues escribiendo, solo que ahora las estrellas son tu tinta y el cielo tu cuaderno.
Gracias a todos por estar hoy aquí, por acompañarnos con su presencia y por mantener viva su poesía, que sigue latiendo en cada uno de nosotros.
