
En una decisión histórica, el Tribunal Regional Superior de Hamm estableció hoy, 28 de mayo, un precedente clave para la justicia climática a nivel global. Si bien desestimó el caso específico del ciudadano peruano Saúl Luciano Lliuya contra la empresa energética alemana RWE, el tribunal reconoció que las grandes emisoras de gases de efecto invernadero pueden ser consideradas legalmente responsables.
Este fallo representa la primera vez que un tribunal superior en Europa establece que el derecho civil puede aplicarse en el contexto del cambio climático, lo que podría tener implicancias legales en muchos otros países con normativas similares, como Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos y Japón.
Un hombre frente a una gigante energética
Esta denuncia empezó hace 10 años en Huaraz, cuando Saul Luciano se contactó con la organización Germanwatch. Al inicio, ellos pensaron que era difícil que el Tribunal acepte su caso; sin embargo, lograron que el juez visite Huaraz y vea la real situación. Ahora, el mundo jurídico cuenta ahora con una base para exigir responsabilidades a las grandes contaminadoras.
“Saúl ha escrito historia jurídica. Cada paso de este largo camino ha valido la pena. Con su demanda, ya se está haciendo mucho más por la protección de las comunidades que hace una década”, señaló Klaus Milke, presidente de la Fundación para la Sostenibilidad (Stiftung Zukunftsfähigkeit), quienes también asumieron costos del caso.
La abogada de Saúl, la doctora Roda Verheyen, destacó que este es el primer fallo de un alto tribunal europeo que reconoce la aplicabilidad del derecho civil en el contexto de la crisis climática.
“El derecho civil alemán es aplicable en el contexto de la crisis climática. Es cierto que el propio tribunal no consideró que el riesgo de inundación para mi cliente fuera suficientemente alto. Pero una cosa está clara: la sentencia de hoy es un hito y dará un impulso”, resaltó Verheyen.
No obstante, este falló significó también que RWE no asumirá el pedido del guía: El 0,5 % del costo de las obras de protección en la laguna Palcacocha, proporción que corresponde a la cuota de emisiones históricas atribuidas a la empresa desde el inicio de la era industrial. Ese porcentaje equivalía a aproximadamente 17.600 euros de un total estimado de 4 millones de euros para la construcción de un dique de contención.
Un precedente con alcance global
El precedente no solo deja una base legal, sino también científica. Durante el caso, investigadores estudiaron el vínculo entre las emisiones y los impactos del calentamiento global, por lo que estos avances pueden ser invocados en decenas de litigios climáticos que están activos actualmente.
Según Germanwatch, se estima que más de 60 demandas climáticas en curso buscan responsabilizar a empresas altamente contaminantes por los daños causados. Más de la mitad de estas acciones legales están dirigidas contra compañías de combustibles fósiles.
Las implicancias económicas son enormes: 25 de las principales empresas de petróleo y gas del mundo podrían enfrentar reclamos por hasta 20 billones de dólares en daños climáticos generados entre 1985 y 2019.
“La presión contra el modelo de negocio de los combustibles fósiles ha aumentado hoy. Este fallo obliga al mercado financiero a reevaluar los riesgos de las emisiones y exige a los gobiernos establecer mecanismos obligatorios de compensación bajo el principio de ‘quien contamina, paga”, señaló Christoph Bals, director de políticas de la organización ambiental.

