El gobierno mexicano justificó este martes el asilo otorgado a la expresidenta del Consejo de Ministros Betssy Chávez. Durante una conferencia de prensa que contó con la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La mandataria evitó responder preguntas sobre la tensión con nuestro país y prefirió que funcionarios de la Cancillería mexicana informen sobre la situación.
El primer funcionario que habló aseguró que México ha entregado «una nota con una solicitud para que se otorgue el salvoconducto para que [Betssy Chávez] se vaya del país]. Asimismo, indicó que el asilo otorgado se encuentra en el marco de la «larga tradición de asilo político que tiene México» y en la Convención de Caracas.
Por su parte, la subsecretaria para América Latina y el Caribe señaló que solo al Estado asilante le corresponde decidir si el solicitante de asilo es perseguido político.
Posteriormente, el subsecretario para América del Norte se refirió en reiteradas oportunidades a Pedro Castillo como «presidente» y consideró que durante su mandato, el expresidente golpista fue «víctima de constantes acosos, asedios y ataques de esas fuerzas políticas y otros grupos de poder».
Asimismo, el diplomático mexicano, quien también se desempeñó como embajador de México en el Perú, asegura que el delito de rebelión que se le imputa a Castillo Terrones «parece ser un delito que nunca se ha cometido».
«Ese 7 de diciembre, nadie se alzó en armas por órdenes de Pedro Castillo», afirmó, a pesar de que Castillo, como presidente, era jefe supremo de las Fuerzas Armadas y que diversos congresistas denunciaron en el juicio que efectivos policiales no les permitieron ingresar al Congreso.
El funcionario también afirmó que los procesos legales de Castillo y Chávez «están llenos de irregularidades» y aseguró que el delito de rebelión es considerado un delito político.
«México no interviene en asuntos internos del Perú y tampoco ha actuado en reciprocidad contra medidas extremas y desproporcionada que se han tomado desde el gobierno peruano», indicó.
Sheinbaum responde
Al ser consultada por la prensa, la presidenta de México aseguró que «fue totalmente injusta la detención de Pedro Castillo» y consideró que «correspondió a un tema política que venía desarrollándose desde hace tiempo». Además, atribuyó «la clase política del Perú» una «visión de mucha discriminación» contra el exjefe de Estado.
La mandataria aseguró que solo se han roto las relaciones diplomáticas, pero se mantienen las consulares y comerciales. En ese sentido, consideró que la decisión diplomática tomada por Perú fue desproporcionada.
