
Desde Abancay, Apurímac, la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello Gilardi, consideró que la implementación del modelo de oralidad en los casos de autorización de viaje de niños, niñas y adolescentes (NNA) permitirá que estos sean resueltos con celeridad.
Así lo expresó durante el I Encuentro Nacional de Juezas y Jueces Especializados de Familia: Desafíos hacia una justicia más Cercana, Humana y Eficiente, realizado por el Programa Presupuestal 0067 “Celeridad en los Procesos Judiciales de Familia” (PpR Familia).
Tello Gilardi argumentó que los procesos civiles bajo la oralidad se tramitan más rápido que los llevados de manera tradicional y que, con la puesta en marcha de este sistema en los procesos de tenencia y regímenes de visita, disminuyó su duración de dos a tres años en solo veinte días.
“Es seguro que con la oralidad los procesos de autorización de viaje se resuelven a la brevedad, se cumplen los plazos legales y sobre todo con todos los derechos que están en juego para los NNA y bajo el marco jurídico nacional e internacional”, afirmó.
Explicó que, en los casos de autorización de viaje, especialmente cuando hay oposiciones, se podría bajo el modelo oral concentrar todas las etapas en una audiencia con la intervención de la Fiscalía y de las partes, así esté una de estas en el extranjero, hacerse de manera virtual.
“Con la inmediación de los jueces, habría una reducción no solo de tiempos, sino de recursos, con la posibilidad de atender las reales necesidades, inmediatamente”, señaló en el evento que continuará hasta mañana martes 23 de setiembre.
Indicó, asimismo, que para lograr efectividad en su tramitación resulta importante incorporar un turno permanente en los juzgados para atender con inmediatez los casos de autorización de viaje de NNA.
ENCUENTRO NACIONAL
En la inauguración del encuentro, la magistrada destacó la participación de más de cien juezas y jueces en este primer encuentro que ratifica un compromiso compartido: el de trabajar incansablemente por una justicia especializada para mejorar justicia para nuestro país.
“Más allá de las instituciones y de las normas, lo que nos convoca es una convicción profunda: el Derecho de Familia no es solo un conjunto de disposiciones jurídicas, es, sobre todo, una misión humana, sensible y transformadora”, señaló.
Agregó, asimismo, que detrás de cada proceso de familia hay vidas reales, de niñas y niños que esperan protección, adolescentes que buscan ser escuchados, familias que confían en que la justicia pueda ser la luz en medio de la incertidumbre, y de mujeres que buscan una vida de paz.
Por ello, consideró que cada vez que las juezas y jueces dictan una sentencia, no solo resuelven un proceso, sino que deciden sobre la esperanza, el bienestar, la seguridad y el futuro de quienes llegan a sus despachos en busca de amparo.
A su turno, el integrante del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (CEPJ), Johnny Cáceres Valencia, refirió que, de los 6 millones 71 mil 576 expedientes registrados en el Poder Judicial, solo el año pasado, más de 2 millones 417 mil correspondieron a procesos en materia de familia, es decir, un 40% del total.
“Esta carga genera procesos lentos, pero son los jueces que dan mucho pese a la sobrecarga que manejan y así tienen una producción muy eficiente a pesar de que no son procesos sencillos, sino de gran complejidad”, indicó.