
Contraloría alerta irregularidades y vinculación con el escándalo del Club de la Construcción

El hospital de Huarmey, un proyecto esencial para la atención médica de miles de ciudadanos, continúa sin culminarse y envuelto en un escándalo que pone en entredicho su ejecución. La Contraloría General de la República ha identificado irregularidades significativas, incluidos retrasos injustificados, aumento excesivo de costos y el vencimiento de cartas fianzas.
Aunque la obra debía finalizarse hace varios años, aún no ha sido entregada a la comunidad. Este hospital, originalmente presupuestado en 92 millones de soles, ahora tiene un costo estimado de 239 millones de soles, según reportes del Sistema de Seguimiento de Inversiones (SSI). Este desmesurado incremento ha despertado serias preocupaciones sobre la transparencia en la gestión del proyecto.
Uno de los aspectos más polémicos es la vinculación de Cosapi, la constructora a cargo, con el caso Club de la Construcción. La empresa ha admitido su participación en prácticas corruptas y firmado un acuerdo de colaboración eficaz con el Estado peruano, comprometiéndose a pagar una reparación civil superior a los 84 millones de soles.

Este vínculo ha planteado dudas sobre cómo se adjudicó el contrato a Cosapi y la posibilidad de corrupción en el desarrollo del proyecto. La situación no solo afecta la percepción pública, sino que también pone en riesgo la calidad y el tiempo de entrega del hospital.
En Huarmey, los vecinos han manifestado su indignación y han exigido una investigación profunda para identificar a los responsables de estas irregularidades. «Queremos justicia y transparencia. Este hospital es vital para nuestra comunidad, y no podemos permitir que los intereses privados se antepongan al bienestar público», expresó un dirigente local.
La demanda ciudadana es clara: que el hospital sea terminado en el menor tiempo posible y cumpliendo con estándares de calidad adecuados. Mientras tanto, los habitantes de Huarmey continúan a la espera de una infraestructura de salud que lleva años en promesas y se ha convertido en un símbolo de la desconfianza hacia las instituciones.