
«Basta echar una mirada en los medios o en las redes sociales para comprobar que, con chaleco o sin chaleco, los sicarios motorizados de las organizaciones criminales continúan asesinando a su gusto a plena luz del día, incluso en distritos declarados pomposamente en emergencia».
Las extorsiones no solo han repuntado en Lima y Callao, sino también en varias regiones del país. Para muestra un botón. De enero a mayo de este año, el país reportó un total de 11,475 denuncias por extorsión, lo que representa un 20% más de lo registrado en el mismo periodo del año 2024.
Las medidas paliativas, como el uso de chalecos con anotación de placa para los motociclistas, nunca funcionaron, como se preveía desde un inicio. Y así lo evidencia una encuesta de Ipsos para Perú21 en la que el 87% de limeños tienen la misma percepción: una medida inútil por completo, que solo ha generado costos abusivos entre quienes poseen estos vehículos.
Lo ha dicho Ricardo Valdés, exviceministro del Interior, la medida no resuelve el problema y pone a todos los moteros en el mismo costal. “Estas cosas que se inventan son solo paliativos, porque ni siquiera tenemos la capacidad de aplicar una medida de control con respecto al uso de los chalecos por parte de los motociclistas. Es una medida que no soluciona el problema y creo que la población limeña lo ha leído bien. Nueve de cada diez personas considera que la medida es efectista; es bien difícil, pues, que se equivoquen con respecto a la impresión que genera”.
Y por si faltaran argumentos, basta echar una mirada en los medios o en las redes sociales para comprobar que, con chaleco o sin chaleco, los sicarios motorizados de las organizaciones criminales continúan asesinando a su gusto a plena luz del día, incluso en distritos declarados pomposamente en emergencia. Las placas gigantes, los cascos transparentes y demás imposiciones van emergiendo al paso de los días como disposiciones arbitrarias, resultado de la impotencia –o peor, de la desidia– ante el avasallador avance del delito en las principales ciudades del país.
El mensaje del premier Arana sobre el tema de la seguridad marca un plazo final para este Gobierno respecto a si realmente hay voluntad de enfrentar la delincuencia como se debe. Es decir, con un servicio de inteligencia reforzado tecnológicamente, con profesionales de élite capaces de diseñar y llevar a cabo una meticulosa estrategia para desmantelar las redes criminales que operan en el país.
Claro que como este Gobierno se dedicó a despedir policías honestos, altamente calificados para tareas como las mencionadas, las esperanzas de que la situación cambie con este gabinete son mayormente nulas.