
Despídase del arroz Faraón, Caserita y Chalán: productores denuncian masiva importación del Asia que se estaría mezclando con emblemáticas marcas
La crisis del arroz peruano se ha agudizado por el ingreso masivo de producto importado desde India, Tailandia, Pakistán, Indonesia y Brasil, así como por el contrabando a través de las fronteras con Bolivia y Madre de Dios, lo que ha provocado una caída drástica en los precios y ha puesto en riesgo la sostenibilidad de miles de agricultores.
Según la Asociación Peruana de Productores de Arroz (APEAR), la situación ha llevado a que los precios de chacra desciendan de S/1.600 a S/650 por tonelada, generando pérdidas que amenazan la continuidad del cultivo y el empleo rural en regiones clave como San Martín, Loreto, Ucayali, Madre de Dios y Huánuco.
La crisis del arroz peruano se agrava por importaciones y contraband0
En este contexto, los productores han solicitado la declaratoria de emergencia y el restablecimiento de compras estatales directas para programas sociales, así como un fortalecimiento de los controles aduaneros y desde el INDECOPI para frenar el ingreso de arroz de baja calidad.
Además, exigen al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) campañas de promoción internacional que permitan resaltar el valor del arroz nacional, en un escenario que el presidente de APEAR, Rafael Hermitaño Rojas, describió como una “agonía productiva” sin señales de mejora, según declaró a Infobae Perú.
Hermitaño explicó que el arroz extranjero llega en su mayoría bajo condiciones de subsidio y, en muchos casos, corresponde a grano reprocesado tras largos periodos de almacenamiento. Este producto se mezcla con arroz nacional y se empaqueta en sacos de marcas reconocidas como Faraón, Caserita, El Chalán, Chalán del Norte y Valles del Norte, lo que afecta la calidad y la confianza del consumidor.
“El consumidor termina comprando un arroz mezclado y de baja calidad, mientras el productor nacional asume las pérdidas”, afirmó Hermitaño
Marcas reconocidas de arroz son alteradas en los mercados, según APEAR
La falta de una política efectiva de fiscalización ha permitido que estas prácticas se extiendan en los principales centros de abasto y comercios del país. Hermitaño detalló que maf1as dedicadas al contraband0 y la adulteración comercial falsifican marcas l0cales, introduciendo arroz asiático y mezclado en sacos de producto peruan0, lo que agrava la crisis del sector.
“Quizá si compran en el Mercado Mayorista de Santa Anita encuentran el producto original, pero de ahí es mezclado con el que los minoristas importan a precios hundid0s. Por eso el arroz sale masac0tudo“, relató el titular de APEAR.
El costo de producción en la costa peruana supera los S/10.000 por hectárea, mientras que en la selva oscila entre S/6.000 y S/6.500, cifras que no se cubren con los actuales precios de venta.
Solo el pago por agua en la costa representa S/600 por hectárea, a lo que se suman insumos y fertilizantes, presionando aún más la rentabilidad de los agricultores. Las estimaciones del sector indican que entre 150.000 y 180.000 agricult0res dependen directamente del cultivo de arroz en el país.
La caída de precios del arroz pone en riesgo la sostenibilidad agrícola en Perú
En cuanto a la protección arancelaria, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) mantiene la franja de precios en 23%, lo que implica un pago de USD 131 por tonelada de arroz importado.
APEAR demanda que este porcentaje se eleve a entre 40% y 45%, para llevar el precio internacional a unos USD 240 y asegurar la competitividad del arroz peruano frente a la competencia desleal derivada de los subsidios en países exportadores.
Hermitaño subrayó que la elevación de la franja de precios es legítima bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), siempre que se respeten los parámetros internacionales y se justifique la medida ante un daño comprobado al sector local.
La OMC establece que las restricciones arancelarias deben ajustarse a la normativa internacional, permitiendo elevar aranceles solo dentro de ciertos márgenes y prohibiendo el cierre total de fronteras salvo en casos excepcionales, como riesgos sanitarios. Frente a este marco, los productores insisten en la urgencia de medidas que permitan enfrentar la crisis y proteger la producción nacional de arroz.
