

Iban cargados de fuegos artificiales, de promesas de luz para la fiesta de San Pedro en Corongo, y de toda la ilusión de seguir trabajando en lo que sabían hacer mejor: encender el cielo. Pero el destino les jugó una jugada cruel. Hoy, mientras las familias claman respuestas y consuelo, el hallazgo de su vehículo sumergido en el río Santa confirma la peor noticia: los tres pirotécnicos chimbotanos nunca llegaron a su destino y murieron en el camino.
El auto rojo, identificado con placa W1G-474, apareció cubierto casi por completo bajo las aguas del turbulento río, donde la corriente impidió rescatarlo de inmediato. La policía confirmó que corresponde al transporte donde iban Ulises Rolando Torres Iparraguirre, maestro pirotécnico y propietario de la empresa Fuegos Artificiales Torres; José Andrés Villar Leytón; y Walter Torres Matta.
Solo el cuerpo de Ulises ha sido recuperado días atrás, río abajo, en medio del dolor de su familia. De los otros dos hombres no se tiene rastro, y se teme que hayan quedado atrapados bajo el auto, como testigos mudos de un despiste que nadie imaginó.
El hallazgo reavivó la angustia de las familias, que esperan que pronto se logre extraer el vehículo para darles sepultura a sus seres queridos. “Queremos encontrarlos, para poder despedirlos como se merecen”, repetían con la voz quebrada en la ribera del Santa, mientras observaban el agua turbia devorar los restos del vehículo.
Ellos partieron la noche del domingo rumbo a Corongo, donde debían armar un espectáculo de luces para la patronal de San Pedro. Salieron del puesto policial de Chuquicara a las 3:30 de la madrugada, y luego se perdió toda señal de ellos y de sus teléfonos. Hoy, tras varios días de angustia, la tragedia se confirma: la pólvora que portaban nunca brilló en los cielos de Corongo, y su vida terminó ahogada en un río, víctima del infortunio.
Reporte Konchucos