
¿Entregaran una pésima obra?
La Contraloría General de la República ha revelado serias irregularidades en la ejecución del Hospital de Apoyo Pomabamba II-1, generando un perjuicio económico estimado en más de S/ 81 millones en contra del Estado peruano.

El megaproyecto de salud, que se construye bajo la administración de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) hoy ahora ANIN, presenta deficiencias estructurales críticas, como fisuras y deflexiones en las losas del techo, las cuales comprometen la seguridad del edificio y no han sido subsanadas desde hace más de un año.
Además, el órgano de control advirtió que se realizaron desembolsos por más de S/ 10 millones al contratista Consorcio Perú Health —conformado por IBT, LLC Sucursal del Perú y PDCI Peruana de Construcción e Infraestructura S.A.C.— sin la debida sustentación. No se encontraron comprobantes que acrediten los pagos por trabajos subcontratados, lo que pone en riesgo la cadena de pagos y podría ocasionar nuevos retrasos o paralizaciones.
El presupuesto inicial del hospital ascendía a S/ 245 millones; sin embargo, con el paso del tiempo, se ha elevado a más de S/ 860 millones. A la fecha, se han desembolsado cerca de S/ 491 millones, con un avance físico del 59.43 %, pese a que la obra debió culminarse el 21 de mayo de 2022.
La supervisión del proyecto está a cargo del Consorcio Supervisor Áncash, contratado por la ARCC en marzo de 2021, cuyas responsabilidades también se encuentran bajo escrutinio debido a la magnitud de las deficiencias detectadas.
La entrega del hospital ha sido reprogramada para el 23 de agosto de 2025. No obstante, los graves hallazgos de la Contraloría evidencian una gestión deficiente de los recursos públicos y la urgente necesidad de reforzar los mecanismos de control en las obras públicas, especialmente aquellas orientadas al fortalecimiento del sistema de salud en las zonas más vulnerables del país.
