Áncash, una de las regiones más ricas del Perú en recursos mineros, ha recibido S/22 891 millones por concepto de canon y regalías mineras entre 2004 y 2025. Solo en julio de 2025, lideró la recaudación nacional con S/1 344 millones, gracias principalmente a la operación de Antamina. Sin embargo, esta bonanza no se traduce en bienestar: persisten la anemia infantil, la pobreza multidimensional y la precariedad de servicios básicos.
Dinero que no se ejecuta
Mientras los cerros se vacían de cobre, oro y zinc, las cuentas públicas se llenan de dinero que no se invierte o se invierte mal. En 2024, los gobiernos locales dejaron de usar más de S/1 300 millones del presupuesto de inversión. San Marcos (Huari), por ejemplo, recibió S/849 millones, pero solo ejecutó el 43,6 %. Allí persisten problemas de agua potable y alcantarillado.
“Tenemos dinero, pero no tenemos proyectos viables ni personal capacitado para ejecutarlos”, admite un funcionario municipal. La falta de planificación, la alta rotación de autoridades y la escasa profesionalización técnica agravan el problema.
Brechas que no se cierran y duelen
Cuatro de cada diez niños menores de cinco años en Áncash tiene anemia.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) publicada por el INEI en 2024, la prevalencia de anemia infantil en Áncash alcanza el 40,2 %, afectando principalmente a menores de zonas rurales. Esta cifra es alarmante: significa que miles de niños crecen con deficiencia de hierro, lo que limita su desarrollo cognitivo, físico y emocional. La anemia no es solo un problema médico, sino un síntoma de abandono estructural.
• En provincias como Huari, Pallasca y Corongo, la anemia supera el 45 %.
• La falta de acceso a agua potable segura y alimentación balanceada agrava el problema.
• Los programas de suplementación no llegan con regularidad, y los centros de salud carecen de personal especializado en nutrición infantil.
Infraestructura sanitaria colapsada Mientras los niños enfrentan anemia, los hospitales enfrentan abandono. El Hospital Víctor Ramos Guardia en Huaraz, principal centro de referencia, opera con equipos obsoletos y déficit de especialistas. Las listas de espera para atención pediátrica y cirugía superan los tres meses. En muchos distritos, simplemente no hay hospitales ni postas médicas operativas.
• El Hospital Regional La Caleta en Chimbote sigue en construcción desde hace más de cinco años.
• El nuevo hospital regional de Huaraz aún no tiene financiamiento completo.
• Ninguno de estos proyectos se ejecuta con fondos del canon minero, sino con recursos del gobierno central o mediante Obras por Impuestos.
Pobreza multidimensional: más que ingresos bajos
El 34,1 % de la población ancashina vive en pobreza multidimensional, según el INEI. Esto implica que más de 400000 personas no acceden simultáneamente a servicios adecuados de salud, educación, vivienda, agua potable y conectividad digital.
• En zonas rurales, el acceso a agua segura es limitado y el alcantarillado casi inexistente.
• La conectividad digital es nula en más del 60 % de centros poblados.
• Las escuelas rurales carecen de infraestructura básica: techos de calamina, aulas sin luz, baños insalubres.
Gestión pública sin continuidad La alta rotación de funcionarios impide cualquier planificación sostenida. Los gerentes municipales duran en promedio solo diez meses en sus cargos. Esto genera:
• Pérdida de conocimiento técnico.
• Paralización de proyectos en curso.
• Dependencia de asesores externos sin arraigo local.
Déficit técnico estructural El 65% de municipalidades en Áncash no cuenta con capacidad técnica para formular proyectos viables. Esto se traduce en:
• Sub ejecución del presupuesto: millones sin usar.
• Obras mal diseñadas o sin impacto social.
• Incapacidad para responder a emergencias sanitarias o climáticas.
Economía estancada y vías olvidadas
El canon tampoco se invierte en diversificar la economía regional. El turismo, con enorme potencial en la Cordillera Blanca y el Callejón de Huaylas, sigue sin promoción ni infraestructura adecuada. El agro, base de subsistencia para miles de familias, no recibe apoyo técnico ni inversión en riego, semillas mejoradas ni capacitación.
Las vías de comunicación siguen siendo precarias: carreteras sin mantenimiento, trochas intransitables y puentes deteriorados dificultan el comercio, el acceso a servicios y la integración entre distritos, provincias y la capital. Aunque se han anunciado obras como la carretera Yungay–Llanganuco–Yanama, estas se ejecutan bajo modalidad de gobierno a gobierno y no con fondos del canon.
El Estado mantiene un modelo extremadamente centralista que asfixia el desarrollo regional. Las decisiones clave se toman en Lima, mientras los gobiernos locales carecen de autonomía real y recursos humanos para ejecutar proyectos.
¿Dónde está el dinero?
La fórmula de distribución del canon minero favorece a los distritos cercanos a las operaciones extractivas, como San Marcos, Chavín de Huantar o Huallanca. Los otros distritos con alta pobreza y sin actividad minera directa reciben montos ínfimos. Esta desigualdad genera tensiones sociales y alimenta el sentimiento de abandono.
“Es frustrante ver cómo se construyen estadios y piscinas en algunos distritos, mientras en otros no hay postas médicas ni agua potable”, reclama una dirigente comunal de Aija.
Expertos en gestión pública señalan que el problema no es solo de distribución, sino de capacidad técnica. Muchos municipios carecen de personal capacitado para formular y ejecutar proyectos, y la rotación constante de autoridades impide la continuidad de planes estratégicos.
Voces desde el territorio
Ladislao Cruz, alcalde de Independencia:
• “Más del 50% de nuestro presupuesto está retenido por observaciones administrativas. No tenemos ingenieros bien pagados, y los permisos ambientales se tramitan en Lima. La Contraloría genera miedo, no asistencia técnica.”
Fredy Otárola, ex presidente del Congreso:
• “La corrupción está en la génesis de muchas obras. Se diseñan para beneficiar empresas, no comunidades. Si un distrito no ejecuta, el canon debería redistribuirse dentro de la región. La Contraloría debe intervenir desde el inicio.”
Doris Camino, Centro Federado de Periodistas:
• “Hay 168 municipalidades dispersando dinero sin planificación. Se priorizan obras visibles, no estructurales. El gobierno transfiere sin exigir proyectos viables. Se necesita asistencia técnica, fondo fiduciario y transparencia digital.”
Porfirio Cacha, líder de AGOEMA:
• “El turismo no recibe inversión porque no genera cemento ni diezmo. Hay más de 200 obras paralizadas por corrupción. El canon debe asignarse por ley a sectores como turismo y agricultura.”
Nilton Rodríguez, periodista:
• “La inequidad es brutal. Distritos como Quillo tienen igual población que San Marcos, pero no reciben canon. Los alcaldes no saben cómo usar el dinero. Se necesita redistribución legislativa y metas obligatorias”.
Obras paralizadas
La parálisis de obras públicas en Áncash se ha convertido en un síntoma crónico de la mala gestión y la corrupción. Según reportes oficiales, existen al menos 177 proyectos detenidos, muchos financiados con recursos del canon minero. El valor total de estas obras inconclusas supera los S/1 911 millones, una cifra que representa un golpe directo al desarrollo regional. En 2025, la ejecución presupuestal del canon apenas alcanzó un tercio de lo disponible.
Eso evidencia una incapacidad estructural para transformar los recursos en infraestructura útil.
En paralelo, el sistema de contrataciones públicas muestra signos de vulnerabilidad. Entre 2019 y 2023, se firmaron 3 430 contratos por un total de S/3 039 millones con empresas que han sido sancionadas por obras deficientes, falsificación de documentos o incumplimientos contractuales. Pese a estar registradas como inhabilitadas por el OSCE y el Tribunal de Contrataciones del Estado, muchas de estas constructoras siguen operando en zonas de canon, aprovechando vacíos legales y redes de influencia local.
Denuncias por corrupción
Las denuncias por corrupción en Áncash se acumulan, especialmente por el mal uso del canon y regalías mineras. Uno de los casos más graves ocurrió en el distrito de Yuracmarca, entre 2023 y 2024, donde se desviaron S/2,1 millones mediante cheques emitidos fuera del sistema oficial SIAF. Las obras que debían ejecutarse con esos fondos nunca se realizaron, lo que evidencia un esquema de apropiación ilícita desde el interior del municipio.
En sus primeras auditorías de 2025, la Contraloría General de la República detectó irregularidades en ocho proyectos financiados con recursos del canon. Los hallazgos fueron tan contundentes que se solicitó la intervención directa en los municipios de Chavín y San Marcos. Se identificaron sobrecostos, incumplimientos contractuales y deficiencias técnicas graves.
Otro foco de cuestionamiento gira en torno a la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que recibió S/840 millones para contratar obras públicas en Áncash. Diversos especialistas y funcionarios han señalado que esta modalidad de contratación habría sido utilizada para evadir los mecanismos de fiscalización directa, debilitando los controles estatales sobre el uso de fondos públicos.
Se suma también el gasto de S/3 millones en una campaña contra el dengue, pese a que el vector de esta enfermedad no está presente en Áncash. El desembolso, realizado sin sustento epidemiológico, ha sido interpretado como una maniobra para justificar gastos sin impacto real en la salud pública. Eso refuerza sospechas sobre el uso arbitrario y clientelar del presupuesto regional.
Nombre Cargo Delito investigado Estado actual
César Álvarez Aguilar Presidente Regional Peculado, colusión 35 denuncias, 23 archivadas
Lenin Cladimer Montes Huiza Alcalde de Yuracmarca Peculado doloso Detenido
Jhon Espíritu Granados Guerrero Abogado municipal Peculado doloso Detenido
Mariano Juan Álvarez Oro Funcionario local Peculado doloso Detenido
