
- Si la deficiencia de hierro ya está instalada, los alimentos no bastan y se requiere suplementación médica.
En Áncash, más del 36% de los niños menores de cinco años padece anemia, según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2024. Desde la Clínica San Pablo Huaraz, especialistas advierten que esta condición no solo provoca cansancio o falta de apetito, sino que puede afectar directamente el desarrollo cerebral del niño y dejar secuelas irreversibles.
La Dra. Katherin Rodríguez, pediatra, explicó que el hierro es clave en los primeros años de crecimiento, cuando el cerebro alcanza su mayor desarrollo. “Un niño con anemia puede presentar retraso en el habla, dificultad para concentrarse, problemas de memoria y bajo rendimiento escolar. También se vuelven más irritables o apáticos, ya que el hierro permite fabricar hemoglobina, la proteína que transporta oxígeno a los órganos; cuando hay poco hierro, llega menos oxígeno al cerebro, lo que altera su comportamiento y emociones”, señaló.
Además, la anemia debilita las defensas, haciendo que los niños enfermen con frecuencia o se recuperen más lento. “El gran problema es que muchos padres no lo notan a tiempo, porque el niño puede lucir saludable. Por eso, el diagnóstico debe hacerse con un hemograma y perfil de hierro. Si se detecta temprano, el tratamiento dura menos; pero cuando la anemia ya está instalada, los alimentos no bastan y se requiere suplementar bajo control médico”, agregó la especialista.
Ante cualquier sospecha o signo de alerta, lo recomendable es acudir al médico para un despistaje temprano. Los padres pueden comunicarse al (043) 428811 o vía WhatsApp al 942184950 para reservar una cita con un especialista. Detectar la anemia a tiempo puede marcar una gran diferencia en el desarrollo y futuro del niño.
