

El partido político País para Todos, que sostiene la candidatura presidencial del comediante Carlos Álvarez, se ha convertido en el epicentro de graves cuestionamientos. Una denuncia penal presentada ante la Fiscalía de la Nación revela que su cúpula habría capturado la organización con fines ilícitos. En el centro de la tormenta aparecen dos nombres: Vladimir Meza Villarreal, presidente del partido y exalcalde de Huaraz, y Delsy Romero Álvarez, secretaria general y persona de confianza —y algo más— de Meza.
El triángulo de control
La denuncia presentanda por el abogado Francis George Anticona Flores describe un esquema que no responde a principios democráticos, sino a una lógica de dominación absoluta: Meza habría construido una red con alcaldes y autoridades locales, aprovechando su pasado como autoridad local para direccionar contratos hacia empresas de su entorn0.
Un entramado de firmas fachada —Multimar EIRL, JJBL, Lamy EIRL, Medileser S.A.C., Inversiones DYRA EIRL, Constructora CYR, entre otras— habría obtenido millonarios contratos en municipalidades de Áncash, Tacna, Arequipa y Lima.
Empresas fachada, testaferr0s y contrat0s
El documento fiscal sostiene que varias de estas empresas están a nombre de familiares, allegados e incluso ch/feres de los dirigentes. Son simples pantallas para encubrir a los verdaderos beneficiarios. Con consorcios armados sobre el papel se habrían adjudicado obras públicas de gran envergadura, dejando rastros de presunta colusión agravada, lavad/ de activos y tráfic0 de influencias
Candidaturas en venta
El negocio no se limitaba a los contrat0s. Según la denuncia fiscal, el partido habría ingresado recursos de origen ilícit0 a través de la venta de candidaturas. Nombres como los empresarios Fidel Espin0za y Carlos Cor0nel aparecen como financistas que pusieron diner0 para conseguir candidaturas o influencias en futuras adjudicaciones. La Fiscalía evalúa si estos hechos encajan en el delit0 de financiamient0 ilegal de organizaciones políticas
La maquinaria familiar
El organigrama partidario no deja espacio para la independencia. Las secretarías nacionales y los tribunales internos están copados por parientes y allegados de la dupla Meza–Romero. Hermanos, sobrinos, primos y amigos íntimos aparecen con cargos estratégicos. La finalidad: garantizar el contr0l total del aparato y sofocar cualquier intento de disidencia.
Un riesgo político en marcha
La investigación fiscal no solo compromete la transparencia del partid0. Advierte de algo más grave: que País para Todos pueda convertirse en la plataf/rma de un esquema de presunta corrupción con proyección nacional.
Por su parte, el comediante Carlos Álvarez hace unos días, salió en un vide0 con un pronunciamiento claro sobre algunas cosas que vienen ocurriendo el partido: «Estoy observando con sorpresa e incomodidad que muchas personas están utilizando mi imagen, mi foto, en paneles, en afiches, en los que aparezco junto a supuestos candidatos para alcaldías, gobernadores, al Senado y a diputados.
A ver caballeros, en primer lugar, hasta donde yo sé, aquí aún no hay ningún candidato a nada, ni yo soy candidato. Todos somos afiliados o en algunos casos invitados. Cada afiliado o cada invitado pasa por un filtro, porque quien habla se llena la boca diciendo que no permitirá a personas con denuncias graves, sentenc1adas o inv0lucradas en temas de corrupción.
Yo no apoyo, yo no apoyo a ningún afiliado o invitado que en este momento se esté autoproclamand0 candidat0 a algún carg/. Apoyaré a quien deba apoyar en el momento en que esta persona haya pasado todos los filtros pertinentes que le permitan ser un candidato a diputado, senador, alcalde o gobernador regional. Si otros partidos ya tienen sus candidatos elegidos, los respetamos, pero aquí en este partido país para todos, la condición era filtrar a todos y cada uno de los afiliados, incluido a quien habla, y luego de esto el partido pueda armar sus cuadros.
Se debe entender que esto no es una carrera para ver quién se lleve el botín, quien va a formar parte de esa organización política debe ser diferente. Aquí las ambiciones y los egos no juegan, aquí jugará el amor al Perú y las ganas de cambiar todo para bien. Los peruanos estamos cansados de lo mismo, o todo el hartazgo y todo lo que se dice no es cierto».
Mientras tanto, Carlos Álvarez recorre el país en campaña, pero lo hace con un lastre evidente: un entorno político salpicad/ por denuncias, operadores cuestionados y empresas investigadas. La comedia se transforma en un drama polític0 que recién empieza a escribirse.